¿Cuáles son las implicaciones del ‘Brexit’ y qué es?

LONDRES, INGLATERRA.- Los ciudadanos del Reino Unido deciden el próximo 23 de junio en un referéndum si se marchan de la Unión Europea (UE) o siguen en un bloque del que han formado parte desde 1973.

Ningún país de la Unión Europea se ha mostrado públicamente favorable al Brexit.

Las últimas encuestas publicadas sobre el reférendum siguen arrojando resultados muy ajustados y en diferentes sentidos.

Estas son las principales claves de la votación:

 

¿QUÉ SIGNIFICA ‘BREXIT’?

Es una palabra que se ha estandarizado para referirse a la salida del país de las instituciones europeas y que surge al aunar las primeras letras de «Britain» (Reino Unido) con «exit» (salida).

¿POR QUÉ SE CONVOCA A UN REFERÉNDUM?

El primer ministro británico, David Cameron, prometió convocar un plebiscito si ganaba las elecciones generales en 2015 para dar respuesta a las demandas del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) y de una parte de los conservadores, que alegaban que el país no se había pronunciado sobre su relación con la UE desde que se realizara un referéndum idéntico en 1975.

LA PREGUNTA

Los británicos se enfrentarán a la pregunta «¿Debe el Reino Unido continuar como miembro de la Unión Europea o debe dejar la UE?», a la que deberán responder entre dos opciones: «Permanecer como miembro de la UE» o «Abandonar la UE».

¿QUIÉN PUEDE VOTAR?

Están llamados a votar los ciudadanos británicos, irlandeses y de los países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) mayores de 18 años que residen en el Reino Unido, los británicos que lleven menos de 15 años viviendo en el extranjero y los ciudadanos de territorios de ultramar como Gibraltar. Los residentes europeos en el país no pueden votar, a excepción de los nativos de Irlanda, Malta y Chipre.

¿CUÁNTOS CIUDADANOS PUEDEN PARTICIPAR?

Más de 40 millones de personas están llamadas a las urnas. Se podrá votar entre las 7.00 horas (06.00 GMT) hasta las 22.00 horas (21.00 GMT).

¿CUÁNDO SE CONOCERÁ EL RESULTADO?

El recuento empezará en cuanto cierren los colegios, pero se espera que hacia las 03.00 GMT del día 24 ya se tenga una imagen clara de cómo ha ido la votación, si bien el resultado definitivo lo dará a conocer la presidenta de la Comisión Electoral, Jenny Watson, en Manchester (norte de Inglaterra).

PRECEDENTES

Ningún país ha abandonado antes la Unión, no obstante el único precedente lo conforma Groenlandia, territorio perteneciente a Dinamarca que se marchó del entramado europeo tras convocar un referéndum en 1982.

¿QUIÉN QUIERE QUEDARSE EN LA UNIÓN EUROPEA?

La agrupación «Britain Stronger in Europe» lidera este movimiento oficial que cuenta con el apoyo de Cameron, miembros del Partido Conservador, la mayoría de los laboristas con Jeremy Corbin a la cabeza, los liberaldemócratas, los nacionalistas escoceses (SNP) y los verdes.

Estados Unidos, Francia, Alemania, China e India también se muestran a favor de que el Reino Unido permanezca en la UE.

Cameron, ha pedido «no arriesgar» el futuro y la estabilidad económica del Reino Unido votando a favor del ‘Brexit’, y acusó a los que piden salir de la UE de tener intereses políticos.

El jefe del Gobierno se volvió a centrar en la economía para convencer al electorado sobre la importancia de votar por la permanencia en la UE en el referéndum del próximo 23 de junio.

Al argumentar su posición, el político ‘tory’ subraya que el mercado único es una «fuente de fortaleza», mientras que el Reino Unido disfruta de una relación especial al no tener al euro como divisa y está fuera de la zona Schengen, sin control fronterizo.

También destaca los beneficios de la UE al liberalizar los vuelos aéreos o luchar contra la evasión fiscal, y advierte de que salir del mercado único afectará el intercambio comercial.

¿QUIÉN QUIERE IRSE DE LA UNIÓN EUROPEA?

La campaña oficial «Vote Leave» por marcharse del bloque continental la lideran políticos de varios partidos, como los conservadores Michael Gove (ministro de Justicia) y Boris Johnson (anterior alcalde de Londres).

MOTIVOS PARA QUEDARSE

Sus partidarios alegan principalmente que formar parte del club favorece a la economía del Reino Unido y también refuerza la seguridad el país ante la amenaza terrorista.MOTIVOS PARA IRSE

Los partidarios de esta opción defienden que el organismo europeo impone muchas reglas sobre los negocios y que la factura anual de contribución por ser miembro es muy elevada, a la vez que piden volver a tener el control sobre las fronteras del país y reducir el número de inmigrantes que llegan.

¿CUÁNTO TIEMPO TARDARÁ EL REINO UNIDO EN SALIR DE LA UE?

Si gana el sí en el referéndum, el Reino Unido contaría con dos años, que se podrían prolongar, para fijar los términos y las condiciones de su salida con la UE. Hasta entonces, el país debe acatar los dictámenes europeos y no podrá formar parte de ninguna nueva negociación.

¿QUÉ CONSECUENCIAS TENDRÍA UNA EVENTUAL SALIDA?

Políticos y expertos coinciden en que la amenaza de una salida del Reino Unido de la Unión Europea supone un importante riesgo a la baja para las economías a ambos lados del Canal de la Mancha, pero los escenarios sobre qué sucederá se basan por el momento más en cábalas que en cálculos consolidados.

Incluso si los británicos se inclinaran a favor de un ‘Brexit’, es imposible anticipar con certeza qué tipo de relación mantendrían después con el resto de los socios comunitarios, si abandonarían el mercado común o no -y, en su caso, en qué términos se formularía el nuevo statu quo-, y si desarrollarían normas financieras propias al margen de las europeas.

Habrá efectos negativos para todo el mundo», asegura Christian Bluth, experto de la Fundación Bertelsmann.

Las pérdidas serán prevalentes y aunque algunos sectores podrían beneficiarse -como la minería británica o la industria del papel-, de media el efecto será fuertemente negativo», agrega.

Una de las cuestiones claves es qué sucedería en una Unión Europea privada de la ‘City’, el principal centro financiero mundial junto con Nueva York y la primera plaza europea, muy por delante de cualquier otra capital, pese a las aspiraciones mostradas por el propio ministro galo de Finanzas, Michel Sapin, para París.

Hay especulaciones de que Fráncfort, París, Dublín o Amsterdam podría convertirse en el nuevo centro financiero, pero dudo que buena parte del negocio se pueda realmente trasladar», considera Pia Huettl, de Bruegel.

Potencialmente, estas ciudades podrían tratar de lograr una parte del mercado de Londres tras un ‘Bréxit’, pero este impacto no debe ser sobrestimado», dijo Pawel Swidlicki, de Open Europe.

Swidlicki recalca que «el hecho de estar en la UE no te convierte en un centro financiero» y que no se puede infravalorar la importancia de contar con infraestructura, servicios de apoyo o disponibilidad de personal cualificado.

A juicio de Bluth, el Banco Central Europeo (BCE) «no permitiría que el mayor centro comercial para operaciones en euros estuviera fuera de la Unión y, por tanto, al margen de la regulación europea».

Huettl, por su parte, subraya que el código normativo único que regula los servicios financieros comunitarios deriva de las normas globales financieras asentadas en Basilea, por lo que «dejar de aplicarlo sería no aplicar estándares globales, y esto no es muy probable».

¿CÓMO SERÍA LA RELACIÓN CON EUROPA?

Otras cuestiones por resolver es qué tipo de relación mantendría el Reino Unido con el mercado único europeo y con el presupuesto comunitario, al que el país podría seguir contribuyendo tras su salida de la UE en áreas específicas, tal y como hacen países vecinos como Suiza o Noruega.

Si se pierde la contribución del Reino Unido al presupuesto, la UE perdería unos 8 mil 500 millones de libras (10 mil 891 millones de euros) pero, si los británicos quisieran seguir en el mercado único, tendrían que seguir contribuyendo sin recibir ninguna contribución, por lo que podría tener un efecto positivo sobre el presupuesto», calcula Bluth.

A Dijsselbloem le preocupa el efecto llamada que podría tener sobre otros países descontentos con su encaje en la UE, pero además, en términos de política económica, la Unión perdería indudablemente a su principal motor a favor del liberalismo económico y defensor del mercado interior.

El centro de gravedad en una UE sin el Reino Unido se volvería más proteccionista, lo que haría más difícil aplicar medidas de liberalización comercial tanto dentro del mercado único como entre la UE y otras economías», afirma Swidlicki.

Perder al Reino Unido probablemente inclinará la balanza hacia una política económica menos liberal», coincide Bluth.

Las opiniones difieren.

Si el Reino Unido se va, esto llevará a un proceso de reflexión intenso en el resto de países comunitarios, que tendrán que encontrar modos de hacer más evidentes los beneficios de Europa, lo que podría implicar una mayor integración, potencialmente a diferentes velocidades», cree Bluth.

En cambio, Swidlicki dice que no habrá un ‘big bang’ que facilite una mayor integración, dado que los factores que la obstaculizan no tienen que ver con los británicos, sino con la complejidad de encontrar un paquete que haga frente a las carencias económicas de la eurozona que sea «políticamente aceptable» para cada uno de sus miembros.

Un equilibrio entre «solidaridad y supervisión», apunta, que seguirá siendo «un reto enorme».

 

Info.Excelsior

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