«LA VANIDAD DE LOS ALATRISTE» ALVARO TAMBIÉN TUNEA SU PINTURA

«LA VANIDAD DE LOS ALATRISTE»

-ALVARO ALATRISTE TAMBIÉN TUNEA SU PINTURA ANTES DE IRSE ERNESTINA

EDITORIAL/Nidya Hernández

Tehuacán, Pue.- No sólo la pintura de Ernestina Fernández en el salón de cabildos es nueva, también otra, que no llenando las expectativas  de aquella la primera vez que fue colocada en el 2005, antes de irse Ernestina Fernández Méndez  fue cambiada, renovada y por supuesto tuneada. La osadía de los Alatriste que los llevó a anhelar y buscar una candidatura a la gubernatura, no los iba a detener para cambiar una pintura, la de Alvaro Alatriste Hidalgo, también alejada de la realidad.

La vanidad de los Alatriste no tiene límites, los tehuacaneros tuvimos que soportar una vergüenza más gracias a sus acciones, nuevamente en el ámbito nacional, ahora no en materia de seguridad, sino de algo tan grotesco como la tuneada en su pintura, medios nacionales que señalaron, criticaron, cuestionaron, se mofaron y hasta pitorrearon de la grotesca transformación de la Presidente Ernestina Fernández reflejada en una pintura.

A ellos, no pudieron mandar a golpear, acosar o amedrentar como a los medios locales que osábamos cuestionar algo, lo que sea de su mala administración de la que sólo el tiempo nos dio la razón.

Una administración en la que una vez más comprobamos que la ignorancia y el desgano se paga caro, demasiado caro, pues el costo simplemente fue de un retroceso de más de 20 años de nuestro querido Tehuacán.

La ciudadanía padeciendo un incremento en inseguridad, con un toque de queda implícito implementado por la misma presidente, llegando a la misma paranoia de ciudadanos con motociclistas, esperando a ver cuándo les tocaban armados, temiendo lo peor a plena luz del día, ni mencionar la noche con la penumbra de un alumbrado inservible.

Mientras tanto padeciendo la burla de ver a una presidente Blindada de policías, gozando de un cerco de protección como el de un gobernador o jefe de estado, sin que remotamente lo fuera, demostrando fuerza, poderío o mejor dicho miedo.

Tuvimos que ver morir polideportivos, mercados, parques, hospitales y una denominación como “Tehuacán ciudad de salud” o lo peor “Tehuacán ciudad limpia”. Por la que se volcaron los tehuacaneros a favor de un servicio de recolección de basura que tampoco funcionó y también murió.

Marchas, manifestaciones, emplazamientos a huelga que nunca llegaron, gritos y sombrerazos entre un Sindicato de trabajadores municipales y autoridades, exigiendo sus derechos que nunca llegaron.

 

Regidores como Ambrosio Linares Amayo, Víctor Rodríguez Lezama, Bernardo Pozos Gutiérrez, Claudia Orozco López que jamás entendieron y mucho menos ejercieron su papel como oposición, para quienes fue más cómodo extender la mano para recibir bonos económicos y en especie que trabajar por el bien de Tehuacán.

Caso aparte el de Paloma Novelo Aldaz, única edil que emitió permanentemente votos en contra de las decisiones de Ernestina Fernández y Alvaro Alatriste, negándose a ser cómplice. Pero que al tiempo y ser oposición quedó fuera de todo ámbito social y político.

Y qué decir de los regidores priístas quienes junto con el síndico velaron sólo por sus intereses personales, siendo cómplices de la destrucción de Tehuacán, adulándose y  desmintiéndose unos a otros, llegando hasta los golpes en sus reuniones.

Un OOSAPAT con obras fantasmas, siendo la eterna “caja chica” de intereses oscuros, saqueando hasta el cansancio sus arcas, dejando de lado una planta tratadora y obras realmente necesarias. Dejando deudas y problemas.

 

 

Los tehuacaneros vivimos hoy una resaca, como si hubiéramos tenido la anestesia de una borrachera larga que nos impidió hablar, expresarnos o tan sólo participar, como cuando tienes a un enfermo grave con el que tienes ganas de sacarlo adelante y buscas desesperadamente la cura, pero al final cuando te das cuenta de que hagas lo que hagas no está en tus manos, sólo te queda esperar. Así nuestro moribundo Tehuacán.

 

 

La era de los Alatriste por fin terminó, lo que con el paso del tiempo se convirtió en pesadilla ha pasado. La oportunidad de pasar a la historia como la primera mujer presidente con buenos resultados, pasa a la historia pero por ser protagonista del peor Ayuntamiento de Tehuacán.

La caminera, digo por si faltaba algo, es la vanidad imperiosa de los Alatriste, la vergüenza nacional que vivimos los últimos días de su administración fue la “tuneada” a la pintura de la presidente Ernestina Fernández.

Pero la burla va a más, cuando vemos una nueva pintura del expresidente Alvaro Alatriste Hidalgo, que también fue tuneada, que dista mucho de la realidad, pero que su alter ego no le permitió que continuara, porque simplemente no le gusta, porque sus complejos van más allá de la belleza interior.

Demostrando el poder y el dinero terminamos pagando los ciudadanos, una extra, una más, sin importar el costo, pero sí el retoque, la caminera, la última y nos vamos. Es la nueva pintura de Alvaro Alatriste colgada en la pared del salón de cabildos, regordete, joven, sin arrugas, cambiando hasta el marco, igual y junto a la de su amada Ernestina Fernández a quien no le importó ningunear y exponer, en ésta la administración o su administración, que se les terminó o mejor dicho arrasaron y terminaron.

Hoy los tehuacaneros sabemos que la ignorancia se paga muy muy caro.

Sin duda dejamos de ser rehenes de los Alatriste y su pandilla, en la administración más larga y casi eterna con 4 años 8 meses que por fin termina, la peor administración se acaba. Los Tehuacaneros tenemos una nueva encomienda, aceptar lo bueno para empezar a vivir en una ciudad que antes de ellos era libre.

 

 

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