PUNTOS DE OBSERVACIÓN: DEL TRABAJO Y OTRAS COSAS. Por Ceci Doger

PUNTOS DE OBSERVACIÓN: DEL TRABAJO Y OTRAS COSAS.

Mtra. Cecilia Doger Amador.

“Vivimos en medio de una falacia descomunal, un mundo desaparecido que se pretende perpetuar mediante políticas artificiales. Un mundo en el que nuestros conceptos de trabajo y por ende del desempleo carecen de contenido y en el cual millones de vidas son destruidas y sus destinos aniquilados. Se sigue manteniendo la idea de una sociedad caduca, a fin de que pase inadvertida una nueva forma de civilización en la que sólo un sector ínfimo, unos pocos, tendrá alguna función. Se dice que la extinción del trabajo es apenas coyuntural, cuando en realidad, por primera vez en la historia, el conjunto de los seres humanos es cada vez menos necesario”

VivianneForrester.

En este momento de crisis provocado en primer grado por un virus, que ha afectado de manera directa el empleo y que empieza a mostrarse no solo en las tasas de desocupación por el paro mundial, que en México había ya aumentado en febrero a niveles no vistos en más de tres años y antes del confinamiento que hoy vivimos, ya se presentaba con una caída del empleo a 3.7% según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se empieza a vislumbrar un mundo donde nuestras concepciones del trabajo y por consiguiente del desempleo en torno de las cuales crecimos se empiezan a difuminar.

Y como dice Forresteren alguna parte de la transformación la lucha de la clase trabajadora por ser empleada y explotada para preservar sus razón de existir dentro del sistema se volvió ilusoria, ante la debacle del sistema capitalista, nuestras luchas motivadas por conquistar espacios son tan alucinadas como la pelea de Don Quijote con sus molinos de viento.

Las desigualdades que sufren los diversos grupos sociales al enfrentar una enfermedad como la que enfrentamos ahora es diversa y vislumbra una serie de variables a estudiar, la crisis en Europa o en Asia, frente a países Latinoamericanos nos muestran una realidad totalmente disociada

Y nos podemos preguntar ¿Da lo mismo pensar en el virus desde New York? donde existe un gran seguro de desempleo y una política perfilada a invertir una parte importante del PIB para reactivar y procurar esos puestos productivos perdidos o pensar en el virus desde la sierra Norte de Oaxaca o la Mixteca donde los pobladores de esas zonas sobreviven al día de la venta de sus productos del campo en los tianguis semanales? En una sociedad donde el seguro de desempleo es tan solo una quimera un sueño de algún revolucionario o idealista en busca de una patria diferente, que lo único a lo que se puede esperar es a la escasa ayuda que les pueda llegar es a través de un sistema político de control muy desgastado.

Y en estos momentos nos hacemos las preguntas obligadas que pasa con aquellos seres que para el sistema ya no son fuerza productiva, los que ya no son explotados por el sistema pero que tampoco existen, los excluidos, los olvidados aquellos para los que no hay empleo digno y más allá de ellos los indiferentes al sistema, aquellos que el sistema mutilo por no ser más necesarios, aquellos que sus vidas están devastadas por el silencio y de los cuales nadie se acuerda ¿Y los niños que no pueden educarse en las tecnologías y los hijos de los excluidos?

Por cada trabajo perdido un destino.El perder un trabajo es un tema de duelo, el no tener una vida asalariada cómoda en una economía aniquilada es causa de incertidumbre, de lucha, de reinventarte para volver a ser de tu mano de obra una mercancía atractiva.

Y esas preguntas podíamos hacerlas en un mundo conocido, pero ¿Quiénes serán los nuevos excluidosante un mundo desaparecido? Tal vez no deberíamos hacernos esas preguntas y sería infame formularlas,porque parecerían vanas y angustiantes. Pero ¿Cómo dejas de sentir que puedes ser un olvidado más? Si ante ti y de un momento a otro la sociedad está cambiando por trabajo dirigido por máquinas y la carrera por la inteligencia artificial es una realidad.

¿Cuándo caeremos en la cuenta de que no hay una crisis sino una mutación, no la de una sociedad sino una mutación brutal de toda una civilización?

Estamos en la puerta de una nueva era que no reconocemos, ni siquiera advertimos, que la era anterior terminó. Por consiguiente, no podemos elaborar el duelo por ella, pero dedicamos nuestros días a momificarla y caminar como una sociedad sonámbula devastada por el miedo, por los problemas ficticios esos que te alejan de la realidad, en donde estamos ausentes, el inicio de una época crepuscular y mientras nos distraemos millones de personas tienen derecho por un tiempo indeterminado a sobrevivir en la miseria o su amenaza próxima la muerte que sucede con frecuencia a la pérdida del techo, en la exclusión social y en la perdida de tu propia identidad.