PUNTOS DE OBSERVACIÓN: EL CAOS
MTRA. CECILIA DOGER AMADOR
“Antes de todas las cosas, en un comienzo, fue el infinito caos”
HESÍODO.
El proceso de la vida, es un vaivén de vibraciones que te orillan a dar los pasos necesarios para lograr la supervivencia y puede que de un momento a otro surja el caos, para movernos del sitio cómodo en donde creíamos que estábamos bien, sumidos en el ruido, el ritmo de la cotidianidad donde todo estaba predicho.
Pero basta con que una variable cambiara para desatar una serie de sucesos que reorganizarían nuestra realidad, así paso hace 100 años una gran pandemia y una revolución que dio paso a uno de los periodos de más auge en nuestra nación.
Y de repente todo se colapsó, todo cerró, se apoderó de mí y de muchos más, la incertidumbre, la sensación de no saber donde estás parado, esa sensación de no tener el control de tu vida se apodera de ti y recuerdas que en realidad nunca has estado en control de ella.
El caos es el caldo de cultivo donde se puede gestar lo nuevo, es en medio del caos donde surgen los nuevos paradigmas, los nuevos líderes y las nuevas formas de interrelación social, económica y política.
Si los humanos nos entendiéramos como células del cuerpo global de la humanidad y lográramos percibirnos como una gran conciencia colectiva, los procesos de transformación los pasaríamos sin miedo, con ímpetu y con una nueva conciencia.
Si nos asemejáramos al comportamiento de las larvas de una mariposa en plena metamorfosis aceptaríamos y abrazaríamos el proceso. Veamos, una oruga cuando dispone de una nueva conciencia biológica, su población celular que forma la larva se deteriora, pero con ese deterioro da paso a la reestructuración de la sociedad con el fin de llegar al siguiente nivel de evolución.
La naturaleza podría en este momento estar empujando a nuestra civilización hacia esa posibilidad de transformación, sin embargo, a diferencia de la oruga – mariposa, en nuestra sociedad necesitamos participación activa, el ser humano es un co-creador consciente e influye directamente en su evolución o involución. Por consiguiente, nuestro éxito depende de nuestras decisiones y la capacidad de vislumbrar una luz al final del túnel.
Parece que quisiéramos seguir aferrados a ser la oruga para mantener el control de las ganancias en un sistema aletargado, en donde el control y el poder político se encuentran totalmente viciados y en evidente colapso, aferrados al individualismo, a la división y al materialismo, pareciera que nos empecinamos en detener el paso a la mariposa, sin embargo la transformación es inevitable.
La situación actual del mundo revela que estamos inmersos en una bifurcación, en el punto exacto para replantear el mundo que queremos, el sometido o el libre con una mayor conciencia. Están ante nuestros ojos acontecimientos que hacen peligrar nuestra vida y que están relacionados con verdades que cada quien interpreta de acuerdo al cristal con la que la mira.
Creo fehacientemente que estamos siendo participes de esta etapa de transición entre la muerte de una civilización y otra que está luchando por nacer, como el ave fénix, solo aquel que es capaz de entender sus cenizas es capaz de resurgir a través de ellas. He tenido a un gran maestro mostrando que esos retos son factibles.
El mundo en caos y en constantes crisis nos advierte de un sistema social moribundo a punto de enfrentar una convulsión social masiva.
¿Estamos listos? ¿Estamos listos para cambiar de paradigma? ¿Cambiar de creencias? ¿Estamos listos para volver a las preguntas básicas? ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? Y si hemos elegido este tiempo ¿Cómo sacamos el máximo provecho o enseñanza a esta situación?
Para dar el primer paso deberíamos empezar a aprender de los organismos vivos como la mariposa, dejar de concebirnos como seres individuales y separados, cada quien obtenido riqueza, quitándosela a otro y empezar a transformar nuestro pensamiento como seres totalmente interdependientes únicos e importantes en el cuerpo total de la humanidad.
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