PUNTOS DE OBSERVACIÓN: HABLANDO DE BATALLAS Por Ceci Doger

 

PUNTOS DE OBSERVACIÓN: HABLANDO DE BATALLAS

CECILIA DOGER AMADOR

Hace exactamente 157 años se libraba una batalla entre el ejército de la República Mexicana  comandado por el General Ignacio Zaragoza que defendió desde el fuerte de Loreto la soberanía Nacional, logrando retrasar la inminente imposición de Imperio Francés  que contaba con un gran ejército experimentado, frente a un insipiente ejército mexicano pero cargado de fe , esta ha sido una victoria de muchas batallas que hemos tenido que librar a lo largo del tiempo para consolidar a esta gran nación Mexicana.

Y a través del tiempo las batallas han sido varias de diversa índole, batallas entre ejércitos, luchas y conquistas por derechos, por reparto equitativo de la riqueza, de la tierra, batallas al interior del territorio mexicano por ser escuchados, por la vida y la no vida, por los grupos marginados y por toda clase de contratiempos, batallas por la justicia, la libertad y diferencias que la misma evolución de una sociedad enfrenta en cada proceso de cambio.

5 de mayo de 2020, se libra otra batalla una batalla en México, con un enemigo desconocido, uno que ha vencido a los sistemas de salud más avanzados del mundo. Que ha puesto en entre dicho el sistema de salud que se ha desarrollado en los últimos años, un sistema de salud mermado por la privatización del mismo y la escasez de inversión en la salud pública.

Una lucha que cuestiona la transformación del sistema de salud en una medida más de productividad, tomando a todos los seres involucrados como recursos económicos útiles para el sistema de producción, está colapsando y como en toda  batalla existen caídos y golpeados. Así se evidencia las miserias de un sistema que ha dejado a un lado la ética y la relación médico paciente totalmente socavadas y relegadas a simples procesos técnicos de diagnóstico para aplicar una recetas generalizadas, con esquemas en donde los pacientes son tazados como un número más y los médicos como un obrero más, sometidos a dar altos rendimiento, con el menor costo posible,  mayor eficacia y eficiencia, todo esto medido por un tabular. Y entonces las relaciones humanas paciente – médico han quedado en el olvido, esa que da sentido a la profesión.

Pero a pesar de las circunstancias del sistema, aquel cuerpo médico que ha sido relegado durante mucho tiempo, es el que está hoy al frente esta gran batalla, personas de carne y hueso que día a día salen a cumplir con el juramento hipocrático que hicieron al consagrarse a tan sagrada profesión, ese juramento en favor al servicio de la humanidad, procurando de su propio sueldo los mecanismos de autoprotección para salvaguardar la vida.

Y es acá donde las batallas se ganan como con el ejército de Ignacio Zaragoza en sus soldados, con las filas de grandes mexicanos en donde quedan vestigios de humanidad, de ética que perviven y que hacen sinergia en favor del hombre. Esos médicos y pacientes que nos dan una luz de esperanza y de humanidad, en donde aflora el sentimiento más grande, la caridad, que no es otra cosa que el amor que se brinda a otro ser humano desde la verdad.

 

 ¿Qué función más noble puede existir? El anteponer la vida, creencias, religión y de más por el bien del prójimo y la relación que existe paciente- enfermo, la batalla que libran contra el coronavirus estos solado, generales, mujeres y hombres que están al pie de la lucha es de apoyar, de agradecer, de fortalecer, no es posible de ninguna manera que nuestros soldados estén sufriendo la marginalidad de la sociedad y el ataque ante una afrenta de miedo descontrolado a lo desconocido.

Mi pensamiento es para esos médicos, enfermeros, enfermeras, trabajadores de la salud que caminan dándole la mano a la enfermedad sin cuestionar, sin juzgar, dándole la mano a su paciente, a la de sus familias, a todos aquellos que toman la vida en sus manos y acompañan al paciente en el trance más grande de sus vidas y están ahí con ellos librando la batalla entre la vida y la muerte.

Conozco a grandes Mujeres y Hombres que están al pie del cañón acompañado a esos seres humanos que en algunos casos serán los últimos rostros que vean en este mundo, tal vez para algún ser humano el rostro de este gran soldado que cree en la humanidad y en su lucha, sea la mirada de esperanza que hay más allá de la muerte. 

A ti Gloria, a ti Patricia….. ustedes representantes de muchos más nombres… que no puedo mencionar pero sé que las acompañan en este campo de batalla, gracias por su humanidad, por ese acto heroico profundo y ético, por decidir ser parte de  la fracción de la humanidad que acompaña, que les estremece, que se agota, que da la vida por otro ser humano, que va más allá de los límites, que vence el miedo, gracias por demostrar que la vida vale la pena y vale la pena seguir luchando por ella cuando  aún hay humanidad.

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