Agatha Christie, una asesina literaria

En septiembre de 1975, la narradora británica Agatha Christie publicó la novela Telón, que había escrito casi cuatro décadas antes con la intención de que apareciera de forma póstuma, y en la que, como recapitula Fernando Savater en el libro La infancia recuperada: “mata a su célebre y engomado Hércules Poirot. Los nostálgicos y los ociosos se estremecieron en sus tumbonas soleadas ante este nuevo desaguisado de la abuela del crimen”. Pero el premeditado y alevoso homicidio literario de su creación más famosa no quedaría impune, “pues Agata Christie no sobrevivió ni medio año a la ejecución de su personaje”, sentencia Savater, y la muerte le sobrevino, por causas naturales, el 12 de enero de 1976, en su residencia de Wallingford, Oxfordshire.

SOSPECHOSO, MUY SOSPECHOSO

“Por lo que sabemos”, comenta Savater en las páginas de El asesino sin huellas, “Agatha Christie es una viejita repeinada, cuya foto aparece en las novelas de Poirot. Cuentan que está casada con un arqueólogo y que le gusta el bridge”. No obstante, también se sabe que Agatha Mary Clarissa Miller nació el 15 de septiembre de 1890 en Torquay, un pueblo de la costa al suroeste de Inglaterra. En 1901, cuatro años después de que murió su padre, fue enviada a estudiar a París, en donde permaneció hasta 1910. Regresó a Inglaterra e hizo un viaje a Egipto en compañía de su madre, en donde comenzó a escribir Nieve sobre el desierto, una primera novela –aunque ya había hecho calentamientos de estilo con varios relatos de misterio–, que rechazaron a sangre fría varias editoriales.

En 1914 se casó con Archibald Christie, uno de los primeros pilotos de la Fuerza Aérea Británica, y así tomó el apellido que luego usaría para firmar sus novelas. Durante la primera guerra mundial trabajó como enfermera y aprendió acerca de las sustancias venenosas que, a menudo y con eficacia, utilizan los asesinos de sus historias. Tuvo una hija en 1919, y aceptando el desafío de una de sus hermanas escribió El misterioso caso de Styles (1920), que significó el nacimiento del detective belga y bigotón Hércules Poirot, su revelación como escritora de novelas policíacas –con El asesinato de Roger Ackroyd (1926) despachó su primer éxito de ventas– e inició la racha que la llevó a publicar sesenta y seis novelas y catorce colecciones de relatos en un poco más de medio siglo. Entre sus obras se distinguen: Diez Negritos (1939) –uno de los libros más vendidos de todos los tiempos–, Noche eterna (1967) y Pasajero a Frankfurt (1970); de la serie que protagonizó Poirot: Asesinato en el Orient Express (1934), Muerte en el Nilo (1937) y Cinco cerditos (1942); además de las que tramó para otro de sus personajes memorables: Miss Marple, una anciana aficionada a las investigaciones criminales que apareció en novelas como Muerte en la vicaría (1930), El caso de los anónimos (1943), y Un crimen dormido(1976).

En diciembre de 1926, la llamada “Reina del crimen” desapareció luego de enterarse de una infidelidad de su marido, y a pesar de que se especuló sobre la posibilidad de que hubiera sido asesinada, once días más tarde la encontraron sin ningún rasguño en un hotel de la ciudad turística de Harrogate. Se divorció de su primer esposo en 1928, y al cabo de dos años contrajo matrimonio con el arqueólogo Max Mallowan. Autora de seis novelas románticas que publicó con el seudónimo de Mary Westmacott, de más de una docena de obras teatrales, y de la autobiografía Ven y dime cómo vives (1946) –que transcurre entre excavaciones y labores de arqueología–, recibió el título de Dama del Imperio Británico en 1971. Al ir tras las pistas que Agatha Christie fue dejando en su vida, Savater deduce que “gente así sólo aparece precisamente en los casos de Poirot. Perdóneme, pero es usted perfectamente inverosímil. Sospechoso, muy sospechoso”.

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